Muros Milán
Los muros milán, es decir la envoltura y particiones intermedias
que moldearon la excavación, tienen la mayor longitud que se
ha usado para un edificio en la Ciudad de México, se construyeron
a 33 metros de profundidad y en tiempo récord de seis meses.
Esta profundidad de muros milán no existía en obras
urbanas, sólo la alcanzan los muros del puerto de mayor capacidad
en nuestro País, Lázaro Cárdenas en Michoacán.
Durante la construcción de las pilas y muros milán
de la cimentación, se instaló en obra una planta de reciclamiento
de lodos bentoníticos –material necesario para conservar
la forma de las excavaciones durante el proceso- que contribuyó a
optimizar materiales y mitigar el impacto ecológico al reducir
el volumen de desecho.